El caballo de batalla de Sir Henry tenía una particular aversión a cualquier estrés relacionado con la batalla.
Las exigencias emocionales y físicas del cuidado pueden estresar incluso a la persona más resistente.
Por lo tanto, es muy importante aprovechar todos los recursos y herramientas disponibles para ayudarte con el cuidado de tu ser querido. Aquí hay varias estrategias que pueden ayudarte a lidiar con el CSS:
Solicitar y aceptar ayuda
No esperes a decir: «No puedo aguantar más».
Si necesitas ayuda, pídela.
Sé claro sobre qué tipo de ayuda necesitas.
Consulta a tu médico en tu centro de salud o asesoramiento local.
Concéntrate en lo que puedes dar
Es normal sentir culpabilidad pero entiende que no existe el/la cuidador/a «perfecto/a». Piensa que estás haciendo lo mejor que puedes y que estás tomando las mejores decisiones posibles en todo momento.
Establecer metas realistas
Divide grandes tareas en pasos más pequeños que puedes hacer de uno en uno. Prioriza, haz listas y establece una rutina diaria.
Establecer metas de salud personal
Lleva una vida sana.
Duerme suficiente. La falta de sueño afecta de manera lenta y progresiva nuestra salud.
Haz ejercicio regularmente.
Organiza tu tiempo
Anticipa los contratiempos que puedan surgir.
Lleva una vida ordenada que te permita distribuir los recursos que tienes disponibles.
No te hagas cargo de más de lo que puedes: es común hacer tareas que la persona a la que cuidas puede hacer independientemente, tales como vestirse, comer, etc. No lo hagas, ya que la persona dejará de hacerlo y aumentará tu carga de trabajo.
Aplica los derechos asertivos del/de la cuidador/a
El derecho a dedicar tiempo y actividades a ti mismo/a, sin sentimientos de culpabilidad.
El derecho a resolver por ti mismo de lo que eres es capaz y a hacer preguntas acerca de lo que no entiendes.
El derecho a ser tratado/a con respeto por las personas de quienes solicitamos asesoramiento y ayuda.
Busca apoyo social
Trata de mantener relación con familia y amigos/as que pueden ofrecerte apoyo emocional sin prejuicios.
No te aísles.
Utiliza técnicas de relajación: hay varias técnicas de relajación que pueden ayudar a aliviar el estrés.
Visualización (mentalmente imaginando un lugar o situación relajante y calmante).
Meditación.
Ejercicios respiratorios (relentizando la respiración y centrándote en respirar profundamente).
Relajación muscular progresiva (contraer y relajar cada grupo muscular, comenzando con un lado del cuerpo y llegar hasta el otro).
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