Esta sección presenta los principios básicos que pueden ayudar a prevenir o minimizar el riesgo de una infección vírica.
Evitar el contacto con personas infectadas
Los virus se transmiten por el aire. Por lo tanto, con unos pocos estornudos la infección pasa libremente de un organismo a otro. Para prevenirlo, se aconseja evitar el contacto con personas enfermas o con síntomas que puedan indicar un resfriado o una infección vírica.
Mantener la distancia social es importante en el caso del virus SARS-CoV-2, que es especialmente peligroso para las personas que padecen enfermedades respiratorias crónicas, enfermedades cardiovasculares, diabetes o trastornos de la inmunidad, así como para las personas mayores en general. Es necesario minimizar el contacto con personas que puedan estar enfermas de forma asintomática. Para reducir el riesgo de infección, se recomienda mantener una distancia de 1,5 metros o más de otras personas.
También conviene limitar las salidas de casa (especialmente durante los periodos de mayor número de infecciones). Es vital asegurarse de que la persona mayor siga el tratamiento y la medicación según las indicaciones de su médico: es importante tener un suministro de al menos dos semanas de los medicamentos recetados y sin receta.
No hay que saltarse las citas médicas y de control programadas. Si es necesario, es bueno que la persona que le cuida o alguna otra persona que viva en el mismo hogar pueda ayudar a la persona mayor a obtener el asesoramiento telefónico necesario o a recibir una receta electrónica, para no tener que acudir presencialmente a la clínica.
Mascarillas protectoras
En cierta medida, llevar una mascarilla protectora en la cara puede proteger a las personas mayores del virus que circula en el aire. Esta medida tiene por objeto limitar la propagación del virus, sobre todo en los lugares públicos, principalmente como resultado del contacto con una persona infectada que no es consciente de la infección.
Asegúrate de quitarle la mascarilla de forma adecuada sin tocarle la cara y de sustituirla con la frecuencia recomendada por el fabricante.
Higiene adecuada de las manos
La higiene de las manos es un aspecto muy importante en la prevención de las infecciones víricas. Lugares como las tiendas, los medios de transporte público y las iglesias son focos de infección. Un gran número de personas en un mismo espacio aumenta la probabilidad de transmisión del virus.
Además, es importante recordar que no hay que comer sin lavarse antes las manos. También se aconseja evitar tocar las mucosas (boca, ojos, nariz) con las manos sucias.
Las manos deben lavarse de forma regular y adecuada (ver la sección: Higiene y desinfección del lavado de manos). Esto se puede hacer con agua y jabón (regular o antibacteriano) o con el uso de líquidos o geles desinfectantes.
Uso de vitaminas
La vitamina C, cuando se toma regularmente, (incluso en las dosis más pequeñas, es decir, 200 mg al día) proporciona una buena protección contra el desarrollo de infecciones. La vitamina C estimula el sistema inmunitario para combatir los virus. Si la infección ya se ha producido, tomar vitamina C le aliviará y los síntomas serán menos graves. Del mismo modo, la vitamina D estimula la inmunidad del sistema.
Tienes disponible más información sobre la suplementación vitamínica en el Módulo 1.4 «Nutrición para las personas mayores».
Vacunas
Las vacunas son una de las medidas preventivas utilizadas para evitar las infecciones víricas o para asegurar un curso más suave de la enfermedad en caso de infección. Las vacunas contra la gripe se utilizan desde hace muchos años. Basándose en las mutaciones del virus de la gripe ya existentes y en las hipótesis formadas, cada año se desarrollan nuevas vacunas contra la gripe.
Todas las vacunas antivirales son voluntarias. Se recomiendan para los grupos con alto riesgo de infección viral. Este grupo incluye también a las personas mayores. La orden de administración de una vacuna antiviral la da un médico de cabecera.
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Cuidado e higiene durante una epidemia:40% completo