Tu estado de salud emocional, física y social tendrá un impacto significativo en la calidad de la atención y el cuidado ofrecidos a tu receptor/a.
Por lo tanto, es vital que desarrolles y trabajes en competencias relacionadas con la IE, no solo dirigidas al cuidado, sino también a tu autocuidado (este punto se explica más detalladamente en los siguientes módulos).
Al cuidar de una persona, estás constantemente desafiándote a experimentar diferentes emociones; que surgen de tu relación con la persona que cuidas y otros cuidadores que podrían estar compartiendo esta responsabilidad contigo.
Ya sea la persona que cuidas o los otros cuidadores pueden tener perspectivas diferentes a ti, y, por lo tanto, podría provocarse un malentendido o un sentido de subestimación. En esta situación, es fundamental poder manejar tus emociones y ganar confianza en ti mismo/a.
La IE está involucrada en el buen manejo de las emociones; asimismo, proporciona pautas para hacer frente al estrés y para la autorregulación emocional, que son necesarias para reaccionar positivamente ante situaciones difíciles.
Por lo tanto, es importante que desarrolles la IE para tener «herramientas» para el manejo emocional con el fin de fomentar tu bienestar y enfrentar desafíos en tu vida diaria. Además, la IE puede proporcionarte algunas pautas que pueden ayudarte a mejorar tu calidad de vida y transformar la situación de cuidado en una experiencia de vida satisfactoria.
Los cuidadores emocionalmente inteligentes saben cómo manejar sus emociones para que puedan mantener su atención y seguir pensando claramente incluso cuando se enfrentan a una situación crítica. La ansiedad reduce la capacidad de pensar y proporcionar una respuesta racional; cuando estás experimentando miedo o estrés excesivo, te impide tomar decisiones y esto puede tener consecuencias negativas en la calidad de tu trabajo (Ibarrola, n.d.).
La investigación ha demostrado que para hacer frente a situaciones difíciles y complejas es necesario potenciar las siguientes competencias:
Tener flexibilidad y adaptación
Debes aceptar que las cosas pueden no ser como esperas que sean, y debes estar preparado/a para eso, de esta manera, podrás llegar a soluciones creativas e innovadoras.
No victimizarte
Cuando te victimizas, pierdes el potencial para cambiar la realidad.
Tener esperanza y positivismo
Es importante confiar en que las cosas mejorarán y mirar positivamente a las circunstancias por las que estás atravesando.
(Ibarrola, n.d.)
Por lo tanto, ¿cuáles son las características de una persona emocionalmente inteligente? Según Ibarrola, estas son las características en las que debes trabajar:
Positivismo
Capacidad de expresar sentimientos y emociones
Capacidad de controlar sentimientos y emociones
Empatía
Capacidad de adoptar las decisiones apropiadas
Desarrollo de la motivación, la esperanza y el interés
Autoestima
Conocimiento sobre dar y recibir
Conjunto consolidado de valores
Capacidad para superar las dificultades y los desafíos
Integrar polaridades: tales como la esfera cognitiva y la emocional o los deberes y derechos
(Ibarrola, n.d.)
Con el fin de ayudarte a lidiar con estas situaciones, hay algunos consejos que pueden proporcionarte directrices para manejar tus emociones:
1. Satisfaz tus necesidades
Los seres humanos tienen necesidades (hambre, sueño, etc.) y cuando estas necesidades no se satisfacen, somos más emocionales y sensibles. Por lo tanto, para estar lo más equilibrado emocionalmente posible, es muy importante garantizar que nuestras necesidades se satisfagan. Cuando nos sentimos satisfechos/as, sentimos que nuestras vidas tienen un propósito y un significado. Si no nos sentimos satisfechos/as, tendemos a pensar que nuestras vidas no tienen sentido y nos exponemos a problemas emocionales.
2. Piensa racionalmente
Las emociones te impulsan a actuar ciegamente, a veces, de una manera irracional. Por lo tanto, es importante desarrollar la habilidad de pensar objetivamente cuando te sientas sensible, para que seas capaz de redirigir y guiar tus emociones.
3. Importancia de la respiración
Se cree que las emociones se originan en nuestra mente, mientras que, en realidad, muchas de tus emociones son respuestas físicas a una situación dada. En consecuencia, es importante prestar atención a los cambios físicos, que son inducidos por nuestra respiración. Por lo tanto, es importante encontrar un momento para respirar y tratar de calmarte.
4. Observa cómo otras personas manejan sus emociones con eficacia
Puedes aprender mucho analizando cómo otras personas manejan sus propias emociones. Sin embargo, es importante aprender de la gente apropiada, así que ¡vamos a encontrar un buen modelo a seguir para ti!
5. Cambia tu estado de ánimo
Puedes controlar tus estados de ánimo, por ejemplo si te aburres de ver los mismos programas de televisión, cambiar tu actividad e ir a dar un paseo definitivamente cambiará tu estado de ánimo y te animará.
6. Trabaja en descubrirte a ti mismo/a
Es vital que conozcas tus propias actitudes y cambios emocionales. Controlar tus emociones no es ocultarlas, sino todo lo contrario. Tienes que permitirte sentir lo que sientes en cada momento, y analizar la causa de cada sentimiento.
7. Controla tus emociones mirando hacia adelante
Las emociones son muy intensas, y tienden a engañarnos haciéndonos creer que ahora es todo lo que importa. Esto puede llevarnos a decir o hacer cosas de las que nos arrepentiremos después. A veces, cuando estamos realmente enojados o ansiosos, podemos incluso olvidarnos del futuro. Por lo tanto, es importante pensar las cosas dos veces y calmarse un poco antes de hacer nada.
Atrás Siguiente
Inteligencia Emocional en el cuidado de personas mayores:60% completo