«Le echaremos la culpa al perro».
La incontinencia urinaria (incontinencia) es una emisión involuntaria e incontrolada de orina causada por un aumento de la presión en el abdomen. Se produce por actividades repentinas como toser, reír o estornudar.
En las personas mayores, es un problema grave que empeora su calidad de vida y muy a menudo conduce a una disminución de la actividad. Además, los pacientes no suelen querer admitirlo. Se considera una circunstancia embarazosa y a menudo se ignora.
¿Cuáles son los síntomas de la incontinencia urinaria?
La incontinencia urinaria suele desarrollarse lentamente y puede manifestarse de varias maneras. La primera señal es la emisión inesperada de una pequeña cantidad de orina al toser o ir al baño con frecuencia.
Dependiendo de la fase de la enfermedad, los síntomas pueden variar: desde la pérdida de unas gotas de orina al reír, toser o estornudar, hasta la imposibilidad de mantener la orina con la vejiga llena.
Existen tres tipos principales de incontinencia urinaria:
Incontinencia urinaria de esfuerzo
Liberación involuntaria de orina normalmente durante una tensión repentina y grave de las paredes abdominales
Incontinencia urinaria de urgencia
Liberación incontrolada de orina al presionar la vejiga; suele ocurrir cuando se va al baño
Incontinencia urinaria por rebosamiento de la vejiga
La liberación de orina suele producirse cuando la vejiga está llena.
¿Qué provoca incontinencia urinaria?
Los cambios hormonales y el paso del tiempo reducen la eficiencia de los músculos, que pierden eficacia y flexibilidad, lo que da lugar a que no cierren con firmeza la apertura de la vejiga. Esto, a su vez, puede hacer que la orina se escape en contra de la voluntad de la persona.
Las causas más frecuentes de la incontinencia son las siguientes:
Debilidad de los músculos pélvicos, debilitamiento de la uretra y descenso de la vejiga
Infecciones urinarias
Urolitiasis
Estreñimiento
Obesidad
Parto
Cirugía ginecológica y urológica
Agrandamiento de la próstata en los hombres
Incapacidad para llegar al aseo
Tratamiento y prevención
La incontinencia urinaria no es solo un problema de salud, sino también social. Las personas mayores que luchan contra ella empiezan a evitar relaciones y contactos con otras personas debido al enorme estrés y al posible bochorno que implica.
La incontinencia urinaria puede y debe tratarse.
La incontinencia urinaria no es sólo un problema de salud, sino también social. Las personas mayores que luchan contra ella empiezan a evitar las relaciones y los contactos con los demás, debido al enorme estrés y a la posible vergüenza que conlleva.
La incontinencia urinaria puede y debe ser tratada.
El/la cuidador/a de una persona mayor que sufre incontinencia urinaria desempeña un papel fundamental. Es necesario que tengas un conocimiento adecuado de la afección y que seas capaz de reaccionar eficazmente sin menoscabar la dignidad de la persona mayor cuando se percate del problema. La situación no es cómoda, por lo que como cuidador/a debes guiarte por la empatía y el tacto.
En caso de incontinencia, conviene persuadir a la persona mayor para que:
Realice diariamente ejercicios de los músculos del suelo pélvico (llamados músculos de Kegel)
Eliminar las adicciones, por ejemplo el tabaco, que puede intensificar la tos
Beber una cantidad suficiente de líquidos
Apoyar las piernas en un pequeño reposapiés al orinar
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