«Mi esposa solía decir que soy un salvaje. Ahora he demostrado estar equivocada al contraer una de esas enfermedades de la civilización».
Las enfermedades cardiovasculares se denominan a menudo enfermedades de la civilización, ya que el desarrollo de la civilización es en gran medida responsable de su aparición.
Lamentablemente, son una de las principales causas de muerte para las personas mayores de 60 años en muchos países europeos y en todo el mundo. Los expertos y los médicos consideran que esta situación se debe sin duda a cambios en la fisiología del sistema cardiovascular del cuerpo con la edad, pero también a la falta de medidas preventivas adecuadas.
La hipertensión, también conocida como hipertensión arterial, es una enfermedad a largo plazo en la que la presión arterial en las arterias es persistentemente elevada. La hipertensión arterial no suele provocar síntomas. Se trata de una enfermedad cuyo riesgo de aparición aumenta con la edad. Se produce en el 60-70 % de las personas mayores.
¿Cómo medir la presión arterial?
La presión arterial se mide con una herramienta especial, un manómetro que muestra dos valores
Tensión arterial sistólica
(primer valor)
Indica la presión que la sangre ejerce sobre sus paredes arteriales cuando el corazón late.
Presión arterial diastólica
(segundo valor)
Indica la presión que la sangre ejerce sobre sus paredes arteriales mientras el corazón se detiene entre los latidos.
El significado de los números de presión sanguínea:
(Las cinco presiones arteriales varían según la American Heart Association)
Fuente: American Heart Association www.heart.org
Normal
Los índices de tensión arterial de menos de 120 mm Hg de presión arterial sistólica y menos de 80 mm Hg de presión arterial diastólica se consideran dentro del intervalo normal. Si los resultados entran en esta categoría, mantén hábitos saludables para el corazón, como seguir una dieta equilibrada y hacer ejercicio regularmente.
Elevada
La presión arterial elevada se produce cuando las lecturas oscilan entre 120 y 129 mm Hg sistólica y menos de 80 mm Hg diastólica. Es probable que las personas con tensión arterial elevada desarrollen hipertensión arterial a menos que se tomen medidas para controlar la enfermedad.
Hipertensión fase 1
La etapa de hipertensión 1 es cuando la tensión arterial varía sistemáticamente entre 130-139 mm Hg sistólica o 80-89 mm Hg diastólica. En esta fase de hipertensión arterial, es probable que los médicos prescriban cambios de estilo de vida y pueden considerar la posibilidad de añadir medicación para la presión arterial en función del riesgo de enfermedades cardiovasculares atheroscleroticas (ASCVD por sus siglas en inglés), como infarto o ictus.
Hipertensión fase 2
La etapa de hipertensión 2 es cuando la tensión arterial oscila sistemáticamente entre 140 mm Hg sistólica o 90 mm Hg diastólica o superior. En esta fase de hipertensión arterial, es probable que los médicos prescriban una combinación de medicación para la presión arterial y cambios en el estilo de vida.
Crisis hipertensiva
Esta fase de hipertensión arterial requiere atención médica. Si las lecturas de la presión arterial superan repentinamente 180/120 mm Hg, espera cinco minutos y vuelve a comprobar la presión arterial. Si las lecturas siguen siendo inusualmente altas, ponte inmediatamente en contacto con un médico. Podría estar experimentando una crisis hipertensiva.
Si la tensión arterial es superior a 180/120 mm Hg y hay signos de posibles lesiones en los órganos, como dolor torácico, falta de aliento, dolor de espalda, entumecimiento/debilidad, cambio en la visión o dificultad de hablar, no esperes a ver si la presión se reduce por sí sola.
Debe confirmarse un diagnóstico de hipertensión arterial con un profesional médico.
¿Qué número es más importante?
Normalmente, se presta más atención a la presión arterial sistólica (el primer número) como factor de riesgo importante de enfermedades cardiovasculares para las personas mayores de 50 años. En la mayoría de las personas, la tensión arterial sistólica aumenta constantemente con la edad debido a la creciente rigidez de las grandes arterias, a la construcción a largo plazo de la placa y al aumento de la incidencia de enfermedades cardíacas y vasculares.
No obstante, una lectura elevada de la presión arterial sistólica o diastólica puede servir para diagnosticar la hipertensión arterial. Según estudios recientes, el riesgo de muerte por cardiopatía isquémica y ictus se duplica con cada 20 mm Hg sistólica o 10 mm de diastólica Hg entre las personas de 40 a 89 años.
Para controlar la presión arterial, las personas mayores deben medirla al menos una vez al día (preferiblemente a una hora fija). Es recomendable escribir las mediciones para que un médico pueda comprobar y ofrecer el tratamiento adecuado. Para las personas de edad avanzada, también es muy importante disponer de un examen ecocardiográfico periódico para ayudar a determinar el funcionamiento del órgano y asegurarse de que las paredes no están sobredimensionadas.
¿Qué causa la hipertensión?
Las causas más frecuentes de hipertensión arterial en las personas mayores son:
Tendencias genéticas
Sobrepeso u obesidad
Dieta inadecuada (por ejemplo, contenido calórico excesivo en las comidas, cantidad excesiva de sal en los alimentos) también causada por la falta de apetito en las personas mayores
Estrés
Falta de actividad física
Enfermedades (diabetes, arteriosclerosis vascular, enfermedad renal, enfermedad suprarrenal)
¿Cuáles son los síntomas de la hipertensión?
Los síntomas de la hipertensión en las personas mayores pueden incluir:
Mareo (aparece por la mañana después de salir de la cama o durante el día, así como durante el esfuerzo físico)
Dolor de cabeza (generalmente en la parte posterior de la cabeza)
Tinnitus (puede ocurrir en diferentes momentos del día, en algunas personas empieza por la mañana, en otras por la tarde)
Palpitaciones (suelen aparecer en momentos diferentes del día, raramente por la noche, que paran después de un breve período de tiempo, de unos pocos a una docena de minutos)
Sofocos
Sudoración excesiva
Disnea
Enrojecimiento de la cara y alrededor del cuello
Tratamiento y prevención
Para las personas mayores que padecen hipertensión, una de las principales medidas preventivas es disponer de un tiempo suficiente de descanso. La relajación y el sueño ayudan a las personas mayores a minimizar el estrés que afecta negativamente a la presión arterial. Un elemento importante de la prevención es garantizar una dieta sana. También son cruciales la actividad física (adecuada a la edad), así como el apoyo mental y el cuidado de las personas mayores.
Recuerda que la elección de medicamentos para la hipertensión debe ser recomendada por un médico, especialmente si la persona de edad avanzada toma otros medicamentos.
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